Ofrecerle la oportunidad a los viajeros de conocer de primera mano todas las costumbres de los indígenas Wayú se convirtió en el sueño de la comunidad de la Ranchería Utta, ubicados en el  Cabo de la Vela.

De ahí nació la idea de brindar alojamiento en casas construidas con la planta yotojoro, que es un cactus que se da en esta zona del país, con un menú basado en esta cultura indígena, así como diferentes actividades relacionadas con las costumbres Wayú como la danza y la música.

“Quisimos hacer toda la operación nosotros, los nativos y nuestras familias nos encargamos de todas las actividades realizadas en la ranchería. Empezamos de a poco recibiendo de a cinco turistas, pero ahora tenemos capacidad hasta para 110 personas”, señala Michael Polanco.

La pandemia significó un reto grande para ellos, más aún cuando el sector del turismo vio de un día para otro completamente frenado sus actividades. Eso los llevó a buscar soluciones rápidas para poder seguir generando ingresos para las familias de la ranchería. De ahí surgió la idea de vender a través de redes sociales y su página web las artesanías producidas por las mujeres de la comunidad.
“Nosotros estuvimos cerrados ocho meses, desde marzo hasta noviembre que volvimos a abrir. Fue duro, bastante difícil y nos implicó muchos retos. Pero pudimos salir adelante vendiendo artesanías desde chinchorros hasta mochilas”, indica Polanco.

Pero en medio de lo difícil del panorama, la crisis los impulsó, asegura Michael, a tener una mayor presencia en las redes sociales y buscar alternativas complementarias para su modelo de negocio.
“Esta crisis nos impulsó a seguir trabajando en este proyecto. Ahora queremos incluir paneles solares para el lugar, porque acá en el Cabo de la Vela no hay luz y tenemos que recurrir a plantas eléctricas con gasolina. Eso nos ayudaría a mejorar la sostenibilidad de nuestra ranchería”, puntualiza Polanco.

Fuente: El Tiempo