Si se equipara el vestuario con los celulares, actualmente los ciudadanos en Colombia se visten con un celular tipo ‘panela’. Aquellos que apenas logran hacer dos funciones y que salieron del mercado hace mucho tiempo.

Por eso, la tendencia es que el vestuario sea como un Smartphone, con múltiples opciones que faciliten la vida. Vestimenta que se adapte a los cambios de clima; vestuario laboral para mineros con capacidad de refrigeración para controlar la temperatura corporal;prendas que regulen la pera que controla la cantidad de insulina en el cuerpo de una persona diabética; son prendas que no pasaron de ser ideas, a ser soluciones actuales.

Para Margarita Baena, investigadora de la UPB y gerente de la empresa Woma, hay paradigmas en lo referente a tecnología que se deben derrumbar.

“Todos piensan que es costo, producto inasequible, y solo se desarrolla para productos para mercados especializados. Y que no sea solo investigación avanzada. Solo entre el 5 y el 8 por ciento de la innovación disruptiva, es decir que cambie radicalmente una solución. Que no existía”, explicó la experta

El 92 por ciento restante, continuó Baena, es innovación es evolutiva, es decir, que se agrega valor en algún proceso de diseño o producción.

Según investigaciones realizadas por InnMagina, la tecnología usable (wearables) presenta cifras alentadoras. Se espera que a 2020 los ingresos por apps móviles serán de 76,5 billones de dólares.
Asimismo, en este año, el número de prendas de vestir inteligentes alcanzará un valor de 26 millones de unidades a nivel mundial y actualmente solo el 46 por ciento de las empresas trabajan en implementar un buen diseño de experiencia.

Para Baena, el éxito de los weareables está en entender la tipología de marca, la del consumidor, y ver qué tipo de tecnologías encajan en el producto o en la experiencia de uso.
“No todo es para todo. Hay qué saber cómo facilitar la vida desde el vestuario. Sabemos que las personas están dispuestas a pagar más por celulares de alta gama por la funcionalidad que presta. Y lo mismo pasa con este vestuario”, precisó la experta.

Fuente: El Tiempo