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Conoce el Programa de reactivación económica para el sector de belleza y bienestar

Así es un laboratorio de cosméticos ecológicos

Han nacido, marcas que abanderan el comercio justo, el respeto a la naturaleza y el rechazo al testeo en animales.

Todas las semanas salen al mercado nuevas cremas y productos de belleza que nos seducen con la idea de la eterna juventud. En ese camino, las grandes marcas de cosméticos nos ocultan riesgos o nosotros decidimos ignorarlos: tintes cancerígenos, colorantes, materias primas plásticas, derivados del petróleo y metales pesados tóxicos, que sin reparo nos aplicamos en la piel. Un producto puede contener 10.000 sustancias, 1.400 de ellas prohibidas. Sin embargo, siguen a la venta sin restricciones. La mayoría se producen en China, el principal proveedor de maquillaje económico. Adicionalmente, no sabemos si se le pagó un precio justo a los trabajadores detrás de la cadena de producción, si su labor puso en riesgo su salud, si se agregaron pesticidas al suelo o si hubo pruebas en animales.

En medio de este negocio multimillonario fuera de control, surgió una poderosa contraparte: la cosmética ‘verde’.

En Colombia, gracias a la bioquímica algunas empresas han descubierto que los ingredientes naturales son aliados de la producción de cosméticos responsables, como son: aceites esenciales, manteca, ceras vegetales, rosas, el jazmín, el olivo, las orquídeas y ácidos lácticos. Marcas internacionales han apostado a la elaboración de productos cosméticos sostenibles. Algunas empresas se encuentran en un ambicioso proyecto que contempla la biodiversidad amazónica en el maquillaje, basándose en un modelo de comercio justo y en el reconocimiento del valor de la cultura ancestral.

Con la protección de árboles como el Ucuuba, una de las empresas más importantes del sector ha favorecido a 6.000 familias indígenas. La recolección del fruto de este árbol representa para ellos tres veces más ganancias que la tala de esta especie.

Fuente: El Espectador