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Hay un alcance limitado en el impuesto a las bolsas plásticas

Activistas reconocen impactos positivos del impuesto, pero señalan deudas en manejo de plásticos.

Si bien se ha logrado un importante avance en la reducción del uso de bolsas plásticas en el país, la percepción dentro de los movimientos en defensa del medioambiente es que esta medida no es suficiente.

Así lo explica a EL TIEMPO Camilo Prieto, director de la Fundación Movimiento Ambientalista: “Tanto las cifras del Ministerio de Ambiente como de la industria del plástico nos muestran una importante reducción en el uso de bolsas plásticas. Esto es positivo, ya se piensa más en el uso de bolsas reutilizables. Se ha tenido una ganancia en la conciencia del uso de empaques, pero es una ganancia limitada por dos factores: tuvimos en la pandemia un evento que frenó la evolución de esa conciencia por la falsa idea de seguridad del plástico, haciendo que el uso de dispositivos plásticos se disparara”.

Y agrega: “En segundo lugar, Colombia no cuenta con un sistema funcional de reciclaje. La posibilidad de recuperar materiales no llega ni al 20 por ciento, en plástico ni siquiera al 10 por ciento. Entonces, medidas como el impuesto a las bolsas es insuficiente, no logramos enlazar esa conciencia que generamos a un sistema de reciclaje. A esto sumemos que en los hogares no hay una disposición adecuada de los plásticos”.

De esta forma, el experto señala que hace falta mucha regulación en al respecto. Por un lado, porque no existe un correcto y obligatorio etiquetado de clasificación para que el consumidor y los recicladores sepan cuál plástico es reciclable y cuál no, incluyendo las bolsas. Esto genera varias problemáticas, como que el país tenga en el Magdalena al río número 15 a nivel mundial que más desechos plásticos vierte en el mar.

Así las cosas, Prieto y el líder ambientalista Ricardo Suárez concuerdan en que, además del impuesto o la ley de prohibición de plásticos de un solo uso, se debe desarrollar una política sistémica para el uso racional del plástico.

De acuerdo con este último, “debemos tener una política que una las prohibiciones, impuestos y el reciclaje de manera eficiente”.

Para Suárez, una de las soluciones no debe ser solo la prohibición, sino la aplicación de materiales alternativos: “Algo positivo de la ley de prohibición de plásticos de un solo uso es que contempla polímeros de origen vegetal, de fácil degradación en el ambiente, lo cual es clave, porque hay aplicaciones del plástico que el papel o el cartón no suplen. Pero sí hay materiales de fibra de yuca, por ejemplo, que funcionan igual con una degradación de dos años y no de miles, como los materiales tradicionales”.

Fuente: El Tiempo