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Nuevos hábitos de lectura

En medio de la pandemia, muchas personas han buscado recuperar parte de los hábitos perdidos por el confinamiento. Allí, los libros físicos y digitales han tenido la oportunidad de catalogarse como un pasatiempo para muchas personas.

En Colombia, los hábitos de lectura también se modificaron con el paso de la cuarentena por nuestras vidas. Aunque las cifras muestran que desafortunadamente es un hábito no muy arraigado en los colombianos, definitivamente se ha mantenido como una opción en medio de nuestro confinamiento obligatorio, que no dejará de prolongarse en 2021.

Según datos del Dane, tomado de la Encuesta Nacional de Lectura 2017 (tristemente, la más reciente), un colombiano mayor de cinco años lee, en promedio, 2,7 libros al año. Un número realmente bajo si se compara con países como Chile (5,4), Argentina (4,5) y Brasil (4). Según la Encuesta, al 28,3 % de los colombianos no le gusta leer.

La industria editorial tiene un enorme reto. Motivar la lectura no es tarea fácil, y menos posicionarla como un hábito de preferencia en un país con tan bajos índices de lectura al año. Y es un desafío de mayor complejidad cuando ha tenido que batallar en la nueva era, en la que la cultura y el ocio tienen una variante de tipo virtual.

Así, para buscar la supervivencia de esta importante industria, es importante analizar la posibilidad de combinar los libros con el mundo digital, de tal forma que este tipo de enriquecimiento esté a un solo clic. Ahora, hay una parte del ecosistema que prioriza leer sin importar el formato.

El consumo de libros electrónicos, por ejemplo, hizo al lector Kindle, el primer dispositivo de consumo de Amazon, todo un éxito a inicios de la década pasada. Aunque si bien no fue el primer lector de este tipo de libros, en definitiva ayudó a popularizar este formato. Por supuesto, para Amazon esto significó un crecimiento, casi exponencial, en la expansión de los dispositivos de consumo, en la medida que ofrecía su propia línea de tabletas.

Lo interesante es que, aunque se pueda pensar que los libros impresos pasarían a la historia, estos aún se mantienen en rigor con el mayor porcentaje de las ventas. Para aquellos que gustan de una lectura habitual, saben que nada se compara con el olor de las páginas de un libro, acompañado de su bebida favorita, desde cualquier parte del mundo. Es una desconexión total del exacerbado mundo tecnológico que nos consume hoy día.

De hecho, el estudio Global Happiness de 2020 concluyó que lo más importante para ser feliz es el cuidado de la salud mental y física. Y para el cuidado de la salud mental, la lectura es crucial; estimula la imaginación y la creatividad, libera el pensamiento, así como enriquece nuestro conocimiento, léxico, ortografía y hasta nuestra memoria.

Así, en todo el contexto de aislamiento que rigió bajo estrictas medidas de cuarentena y confinamiento, algunas personas encontraron nuevos pasatiempos para alivianar un poco la carga pesada de vivir alejados de su rutina con el mundo exterior. De este modo, algunos de los libros más vendidos tuvieron que ver con los cuidados de la salud y el bienestar, aunque también de literatura.

Según cifras recopiladas por la Revista Dinero de algunas de las librerías y editoriales más importantes a nivel nacional como BuscaLibre, Librería Nacional, Editorial Panamericana y Grupo Planeta, uno de los libros más leídos fue El milagro metabólico de Carlos Jaramillo, con más de 6.000 unidades el año pasado. Un libro que busca preservar el bienestar de las personas con consejos nutricionales, el cual ha sido cuestionado por algunos grupos médicos o profesionales de la nutrición.

Del mismo autor también fue relevante su libro El milagro antiestrés, una obra que detalla por qué el estrés es el asesino silencioso más mortal de nuestros tiempos, especialmente cuando se trata de enfrentar la epidemia del siglo XXI.

En cuanto a literatura, destacan los libros Estrellas bajo los pies, de David Barclay; Un silencio prohibido, de Antonio Ortiz; El secreto de la selva, de Luisa Noguera, y El olvido que seremos, de Héctor Abad Faciolince.

En realidad, el sector editorial nos ofrece un portafolio amplio de opciones, lo suficiente como para hacer de la lectura un hábito regular. Incluso, a finales de 2020, BuscaLibre, la librería por internet más grande de América Latina, lanzó una campaña para incentivar la lectura en los colombianos.

Así, #LecturaADomicilio fue una iniciativa dirigida, especialmente a los potenciales lectores, como una forma de llevar las librerías a los hogares ofreciendo espacios virtuales en donde figuras públicas compartían fragmentos de varios libros.

Apoyada en su extensa densidad poblacional, Bogotá es la ciudad del país que lidera las compras de libros según cifras del Dane. Asimismo, pudo determinarse que, en promedio, un colombiano suele gastar $50.000 por compra, lo que equivale a 1,7 libros por transacción.

La pandemia ha sido una oportunidad para aumentar las ventas online de las librerías. Las personas que son lectoras se movieron a los catálogos online, por lo que el lector habitual se consolidó. Solo para marzo del año pasado, las librerías que tenían este servicio electrónico crecieron hasta un 300%.

Infortunadamente, este sector prevé una caída general en las ventas de hasta el 15% por aspectos como la imposibilidad de realizar la Feria Internacional del Libro. No obstante, se espera que el sector prepare una ola de campañas, descuentos y novedades literarias para enganchar al que ya es férvido lector y seducir a los que aún se mantienen como potenciales.

Fuente: Semana